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España es el segundo país con más intoxicaciones por Anisakis.

España es el segundo país con un mayor número de intoxicaciones por Anasakis tras Japón, según afirma el doctor Alfredo Lucendo, experto de la Fundación Española de Aparato Digestivo (FEAD), quien aclara que este hecho se debe al alto grado de parasitación de la mayoría de especies de consumo habitual.
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Pescado con síntoma de Anisakis

En concreto, el Anisakis es un parásito de unos 20-30 milímetros del intestino
de múltiples especies marinas y que se trasmite al ser humano a través de la
ingestión de pescado o cefalópodos contaminados, provocando trastornos
gastrointestinales y alérgicos.

Los síntomas digestivos o intestinales más comunes causados por la
presencia del parásito en el estómago o el intestino son náuseas, vómitos y
dolor abdominal. Lo más frecuente es un dolor intenso en la boca del estómago
unas horas después de la ingestión, aunque pueden aparecer cuadros
obstructivos si el parásito llega al intestino, obligando en ocasiones a cirugía.
Si la infección desencadena reacciones alérgicas, éstas suelen ser similares
a las producidas por el marisco, que van desde urticarias leves hasta la más
grave anafilaxia que puede causar 'shock' y peligro vital.

El tratamiento, una vez producida la infección, es sintomático. En casos de
clínica digestiva fundamentalmente se utilizan protectores gástricos, pudiendo
desaparecer la clínica si se realiza una endoscopia que detecte y extraiga el
parásito.
En caso de clínica obstructiva, los corticoides disminuyen la inflamación local
facilitando el tránsito y evitando la intervención quirúrgica. En caso de
reacciones alérgicas, aparte de los corticoides, los antihistamínicos reducen la
sintomatología.

El porcentaje de muestras afectadas es muy variable según la zona de origen
y la época del año, aunque los pescados más frecuentemente parasitados son
la merluza y el bonito- casi el 100% de la merluza del cantábrico mayor de 65
centímetros, y hasta el 81% del bonito-.
Sin embargo, los que más episodios de anisakiasis producen son otros
pescados, que se consumen con menor preparación, como el boquerón, la anchoa y la sardina. Contrariamente a lo que solemos pensar, la cocina española ofrece una amplia variedad de platos tradicionales con alto riesgo de Anisakis", señala Lucendo, quien apunta a "platos de pescado preparados en aceites, en vinagre, salazones, ahumados o escabeche".
Para este experto, las temperaturas extremas suelen destruir el parásito, mientras que la sal, el aceite, el escabeche o el ahumado son procedimientos que no muestran eficacia alguna sobre las larvas.

En 2012, se notificaron 20.000 casos de anisakiasis en todo el mundo. "El Anisakis incluso está presente en el pescado de piscifactoría que ha sido alimentado con comida infectada, y los países más afectados son Japón y en segundo lugar España", argumenta Lucendo.
Con todo, la Fundación Española del Aparato Digestivo subraya la necesidad de medidas de prevención básicas. "Dado que el parásito del anisakis está extendido por todos los mares del planeta la única solución es la prevención y la auto responsabilidad en el consumo de pescado", señala Lucendo.

Dicho esto, se recomienda cocinar el pescado a una temperatura de 60º, congelarlo al menos 48 horas a - 20º si se va a consumir crudo o semi crudo, y asegurarse de que el pescado se ha procesado correctamente cuando se consume fuera de casa. Finalmente, advierte de que la cocción en microondas no es segura ya que no garantiza una temperatura homogénea superior a los 60º.


Se duplican las enfermedades inflamatorias intestinales en España
Los casos de enfermedades inflamatorias intestinales se han duplicado en España durante los últimos 20 años, pasando de los 10,5 casos por cada 100.000 habitantes hasta los 21, según han puesto de manifiesto este viernes durante la celebración del XX Curso Internacional Miquel Àngel Gasull, que reúne en Badalona (Barcelona) a 200 especialistas europeos.

Estas patologías autoinmunes, entre ellas la COLITIS ulcerosa y la enfermedad de CROHN, tenían una mayor prevalencia en países del norte de Europa, si bien en España la incidencia de estas patologías está llegando a ser notable, ha indicado en un comunicado el director del curso, Eduard Cabré.De hecho, pese a que tienen una base de susceptibilidad genética, el aumento de la incidencia en determinadas áreas geográficas no puede explicarse completamente por esta cuestión, por lo que Cabré apunta a un "importante componente ambiental, por desgracia poco conocido" hasta el momento.Entre las hipótesis, ha indicado la posibilidad de que un exceso de higiene, ya que la falta de exposición a agentes infecciosos intestinales durante la infancia incrementaría la susceptibilidad a desarrollar una respuesta inmune inapropiada frente a bacterias intestinales en edades más tardías.El XX Curso Miquel Àngel Gasull está organizado por el Hospital Germans Trias i Pujol y su fundación de investigación en ciencias de la salud, concebido como una cita conjunta de gastroenterólogos, cirujanos, pediatras, biólogos e investigadores.

Entre los nuevos tratamientos destaca el trasplante de heces para tratar la enfermedad causada por la bacteria 'Clostridium difficile', una de las causas de DIARREA asociada con la terapia con antibióticos, y que presenta hasta un 90% de respuestas positivas.




 Presentan el primer atlas de resonancia magnética para gastroenterología



La farmacéutica Merck Sharp & Dohme (MSD) ha elaborado, con el asesoramiento científico de los Servicios de Gastroenterología y Radiología del Hospital Clínic de Barcelona, el primer atlas de resonancia Magnética para Gastroenterología, que permitirá a los médicos identificar tridimensionalmente las lesiones por Enfermedad de CROHN.
En dicho trabajo, que está disponible vía 'on-line', los gastroenterólogos encontrarán imágenes de resonancia magnética de lesiones básicas de la Enfermedad de CROHN junto a un modelo anatómico en 3D que se desplaza en todos los ejes del espacio y en el que se representan dichas imágenes radiológicas. De esta manera, el clínico podrá identificar las lesiones que sufre el paciente al establecer la correspondencia entre imagen radiológica y el modelo anatómico tridimensional, gracias a la visión de las lesiones desde múltiples perspectivas. Esta nueva herramienta digital ayudará por tanto a los gastroenterólogos a identificar las lesiones del tubo digestivo provocadas por la Enfermedad de CROHN e interpretar las resonancias magnéticas realizadas al paciente para valorar el estado de su enfermedad. "El objetivo que nos planteamos desde el inicio del proyecto fue desarrollar una herramienta de educación para los gastroenterólogos, quienes podrán encontrar e identificar las lesiones básicas de la Enfermedad de CROHN en sus tres fenotipos: inflamación, estenosis (estrechamiento del intestino) y lesiones penetrantes (fístulas y abscesos)", ha explicado. Julián Panés, jefe de Servicio de Gastroenterología del Hospital Clínic de Barcelona y coordinador de este proyecto.
A su juicio, en la actualidad tanto la valoración de la actividad de la Enfermedad de CROHN o de la presencia de complicaciones está basada sólo en los síntomas clínicos, lo que es "poco preciso". Por ello, "se requiere de técnicas que establezcan de forma segura la existencia y el tipo de lesiones de cada paciente", ha explicado.
La resonancia magnética es una técnica que presenta en la actualidad múltiples ventajas frente a otras modalidades. Entre estas ventajas, destaca que es una técnica desprovista de irradiación --frente a la tomografía--, de forma que puede ser repetida todas las veces que clínicamente se considere indicado. "Otra ventaja, frente a la ecografía abdominal, es que resulta menos explorador dependiente y en el contexto de la realización de estudios clínicos permite una lectura central", ha añadido el doctor Panés.



Descubierto un marcador de la eficacia de los tratamientos del cáncer colorrectal.

  • Cada año se diagnostican unos 15.000 casos en España
  • Una proteína predice si los fármacos van a funcionar


Saber si un tratamiento anticáncer va a funcionar es clave antes de someter a los pacientes a estos agresivos fármacos. Y si el conocimiento llega a la vez que los medicamentos al mercado, se conseguirá de ellos el mayor beneficio al menor daño. Ese es el objetivo de un trabajo dirigido por Héctor García Palmer, del Vall d’Hebron Instituto de Oncología (VHIO), que publica Nature Medicine, y destinado a un tumor especialmente agresivo, el colorrectal. Con él han trabajado Alberto Muñoz, del Instituto de Investigaciones Biomédicas Alberto Sols, Consejo Superior de Investigaciones Científicas-Universidad Autónoma de Madrid (IIB-CSIC-UAM) y otros investigadores españoles.
Cada año se diagnostican en España unos 15.000 casos de este cáncer, y muere aproximadamente la misma cantidad de personas (14.883 en 2010, según los datos del Instituto Nacional de Estadística).Esto indica la mortalidad de esta patología. “Hay claramente dos grupos, si se diagnostica precozmente, una operación y una quimioterapia general cura al 60%. Lo malo es que este tumor, como es asintomático, suele detectarse tarde. Y entonces hay poco que hacer: la supervivencia media a cinco años [el parámetro que indica si puede hablarse de curación o no] es del 5%”, añade el experto.
Palmer y su equipo están trabajando con los últimos tratamientos que se están ensayando, y ha descubierto, a la vez, por qué funcionan en unos pacientes y otros no. Los nuevos medicamentos, que serán “los primeros específicos en años”, según el médico, actúan sobre dos vías del tumor, caracterizadas por dos proteínas, llamadas PI3K y AKT. Estas mutaciones son muy frecuentes. “Aproximadamente un cuarto de las personas con cáncer colorrectal las tiene directamente alteradas, y la proporción aumenta a uno de cada dos” si se incluyen los casos en que influyen pero no son tan determinantes, dice el experto. Los medicamentos que se están ensayando con fármacos inhibidores de estas vías, con lo que se frena la reproducción del tumor. Pero en el proceso hay una interferencia, otra proteína que actúa como el malo de la película, y cuya presencia hace que los esfuerzos para combatir el cáncer con estos medicamentos no funcionen. Se llama beta-catenina.
Al identificar y medir los niveles de esta proteína se consiguen dos cosas: “Primero, evitar al paciente un tratamiento que, como todos, tiene efectos adversos”, dice Palmer. Así no solo se le evitan esos trastornos, sino que se gana tiempo para tratar con las alternativas que haya disponibles. Este papel de identificador del éxito terapéutico es lo que hace de la beta-catenina un biomarcador, una señal biológica.
Pero una vez identificada la causa del fracaso, el siguiente paso es evitarlo. Y el grupo de Palmer ya está trabajando en productos para conseguirlo. De momento, aclara el investigador, se trata de ensayos en cultivos “y en ratones a los que hemos inyectado células de personas con cáncer”. Esto quiere decir que se está en una fase muy temprana para poder neutralizar el efecto de la beta-catenina.
Lógicamente, el inhibidor de la beta-catenina, que habría que dar a los pacientes en combinación con los otros para los casos en que la persona no responde a los anticancerígenos, tardará más. Hasta 8 o 10 años, según calcula el médico. Claro que él mismo indica que eso puede acelerarse si los resultados en los ensayos, que aún no han empezado en humanos, son tan buenos que así lo aconsejan. “Todo eso está por ver”, concluye-